Llevé los despojos de los derrotados chancas para que mi padre Huiracocha los pisase, cómo signo de victoria, sin embargo, éste no aceptó y pretendió que mi hermano Urco fuera quien pasase por el botín de los vencidos.
Desde luego me negué.
Urco organizó un pequeño ejército pero no pudo derrotarme, tuve que
matar a mi hermano y fue así cómo me hice con el poder.
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